Mayo... Mes de las flores
Estamos en Mayo, mes dedicado a las flores y también a las Madres (en el buen sentido de la palabra).
Me gustan mucho las flores, mis favoritas son las orquídeas y los tulipanes. Al día de hoy no conozco a una mujer que no le guste recibir alguna flor. Pero el tema hoy no soy yo, sino ella.
A mi madre le encantan las flores y las plantas en general. Cuando va por la calle o a algún Vivero pregunta los nombres de todas aquellas que le van gustando, conoce muchas variedades y se interesa por seguir aprendiendo los nombres de muchas más. Su flor preferida son las rosas y por lo tanto le encantan los rosales.
Tiene un jardín muy hermoso, se preocupó por sembrarlo e irlo cuidando poco a poco. Lo que más le gustaba fue haber logrado que ocho rosales juntos florecieran. Cada uno era distinto en textura, color y aroma. Les dedicaba mucho tiempo y amor. Sin embargo, a pesar de sus cuidados, uno de ellos se fue secando poco a poco hasta que murió. En su lugar quedó un vacío imposible de llenar, era el más fuerte de todos y nunca imaginamos que fuera el primero en desaparecer de ese jardín. Nos enseñó que la textura de sus rosas eran especiales, sus tallos siempre miraban al sol, aspiraban a vivir mucho tiempo... pero no fue así.
Hoy en ese jardín se ven 22 rosas, de todos los colores y tamaños, diferentes y a la vez, parecidas entre sí, ya que han compartido la misma tierra y los mismos cuidados. Esto hace que mi madre sea feliz, que se sienta bien por haber logrado su objetivo: Tener su propio jardín con muchas flores.
Mi mamá es una mujer fuerte y muy inteligente, siempre tuvo claro lo que esperaba de la vida... y lo logró. Para algunos el costo de haberlo alcanzado puede parecer alto. Pero para ella no es así. Se siente bien y sigue ayudando a las personas que quiere, nunca está tranquila y le interesa seguirse sintiendo útil, y a todos nos ha dado un buen ejemplo.
Hoy por ser día de las madres me acordé de ella y de su jardín. Quise dedicarle mi primer post, después de todo fue ella por quien hoy estoy aquí.
Me gustan mucho las flores, mis favoritas son las orquídeas y los tulipanes. Al día de hoy no conozco a una mujer que no le guste recibir alguna flor. Pero el tema hoy no soy yo, sino ella.
A mi madre le encantan las flores y las plantas en general. Cuando va por la calle o a algún Vivero pregunta los nombres de todas aquellas que le van gustando, conoce muchas variedades y se interesa por seguir aprendiendo los nombres de muchas más. Su flor preferida son las rosas y por lo tanto le encantan los rosales.
Tiene un jardín muy hermoso, se preocupó por sembrarlo e irlo cuidando poco a poco. Lo que más le gustaba fue haber logrado que ocho rosales juntos florecieran. Cada uno era distinto en textura, color y aroma. Les dedicaba mucho tiempo y amor. Sin embargo, a pesar de sus cuidados, uno de ellos se fue secando poco a poco hasta que murió. En su lugar quedó un vacío imposible de llenar, era el más fuerte de todos y nunca imaginamos que fuera el primero en desaparecer de ese jardín. Nos enseñó que la textura de sus rosas eran especiales, sus tallos siempre miraban al sol, aspiraban a vivir mucho tiempo... pero no fue así.
Hoy en ese jardín se ven 22 rosas, de todos los colores y tamaños, diferentes y a la vez, parecidas entre sí, ya que han compartido la misma tierra y los mismos cuidados. Esto hace que mi madre sea feliz, que se sienta bien por haber logrado su objetivo: Tener su propio jardín con muchas flores.
Mi mamá es una mujer fuerte y muy inteligente, siempre tuvo claro lo que esperaba de la vida... y lo logró. Para algunos el costo de haberlo alcanzado puede parecer alto. Pero para ella no es así. Se siente bien y sigue ayudando a las personas que quiere, nunca está tranquila y le interesa seguirse sintiendo útil, y a todos nos ha dado un buen ejemplo.
Hoy por ser día de las madres me acordé de ella y de su jardín. Quise dedicarle mi primer post, después de todo fue ella por quien hoy estoy aquí.
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