Compartir la cama

Volver a dormir con alguien...

Después de un tiempo te acostumbras a dormir con alguien, cada uno define su lado de la cama, deciden si se duermen abrazados o no, te habitúas a los hábitos de la otra persona, quizá alguno ronca, quizá rechine los dientes, quizá se mueva mucho, le gusta dormir tapado o destapado, con almohada o sin ella... pasa el tiempo y ya toman la costumbre de dormir juntos compartiendo el lugar y a la vez marcando su territorio.

Se da el momento en que otra vez tengo que dormir sola y es incómodo al principio porque una cama King Size se siente un poco vacía para una sola persona, pero te vuelves a acostumbrar.

El problema viene cuando llega una nueva persona a dormir, se mueve mucho, está encima de mí casi todo el tiempo, a veces siento que no aprovecha el que sea una cama tan grande y está sólo de mi lado.Entiendo que quizá quiera sentirse pegado a mí, pero cada vez que se mueve y da vueltas me despierta y no me deja descansar. No me abraza cuando yo quiero, tampoco se deja abrazar. La ventaja de dormir con él es que así se despierta más tarde ya que se siente acompañado y por lo tanto yo puedo seguir acostada un poco más.

Pero hay que poner reglas: Sólo algunos fines de semana te puedes dormir en mi cama... los demás días tienen que seguir siendo míos.