New York, New York...

Pues bien, el viaje se hizo, el sueño se cumplió, y aunque tuvo sus contratiempos será un viaje Inolvidable.

Es una ciudad que nunca terminas de conocerla, y en la que existen zonas que difícilmente creo que conoceré. Es la capital cosmopólita por excelencia. Las mejores tiendas se encuentran ahí, los mejores restaurantes, antros, bares, obras de teatro, museos, grupos financieros, corporativos...en fin, no terminaría de describir todo lo que hay, porque sería imposible conocerlo.

Me impresiona el contraste entre los rascacielos modernos y los antiguos, se encuentran juntos, y no se pierde la armonía entre sus construcciones. Las Twin Towers eran los edificios más altos y hoy es impresionante que no haya Nada, sólo alguna maquinaria que al parecer se prepara para construir unas torres más altas. Los más famosos son el el Empire State y el Chrysler Building.

La vida nocturna en Times Square no para, es el único lugar en el que hay conglomeraciones de personas caminando por la madrugada. En las otras zonas, la mayoría de los restaurantes dejan de recibir comensales a las 10 de la noche, incluso algunos lo hacen mucho antes. Así es que para los mexicanos no nos es tan fácil encontrar restaurantes abiertos de noche, nos tenemos que adpatar más al horario de ellos. Sólo en Times Square se vive de noche.

Los bares se llenan después de las 5:30 ó 6, que es la hora en que la mayoría salen de sus oficinas y se van vaciando como a las 9 de la noche. Es recomendable hacer reservación en restaurantes demandados, ya que se corre el riesgo de que no te dejen entrar. ¡No es como aquí que esperas y ya!.

Soho (South of Houston) se ha convertido en un lugar similar a la Condesa en el DF, sobre la calle de Broadway cuenta con muy buenas tiendas, y además llega a tener excelentes rebajas en sus tiendas. Está pegado al Chinatown y a Little Italy, además del famoso Tribeca (Triangule below Canal). En esta zona existen restaurantes Muy buenos, la mayoría pequeños y que no pertenecen a cadenas norteamericanas. Me faltó conocer Noho, en donde también la gente local, menciona que se come muy bien.

Y llegó el día tan esperado...mi Cumpleaños. Sin contar con un inconveniente, me sentía de la patada ya que llevaba una salmonella que se manifestó allá y me hizo sentirme muy cansada y con ascos todo el tiempo. Ese día lo habíamos reservado para el shopping en la 5a Avenida, y no contamos con que varias tiendas no abrieron por ser un día festivo, y las demás cerraron mas temprano. Moraleja: es un mito aquello de que las mejores ofertas empiezan el 4 de julio, quizá empiecen el 5, pero ese día ya veníamos de regreso a México. Los fuegos artificiales se pueden presenciar por el Río Hudson, a la intemperie y rodeados de mucha gente. Nosotros optamos por irnos a "The View", es el restaurante y bar que están en el último piso del Hotel Marriot Marquis. Obviamente fuimos sólo al bar, ya que para cenar hay que hacer reservación con anticipación y nosotros como buenos mexicanos decidimos ir en el último momento. Fue una gran experiencia, ya que ese lugar va dando vueltas poco a poco y te permite visualizar diferentes partes de Manhattan, además que mientras duraba el espectáculo bebimos un par de Martinis Cosmopolitan.

El viaje en la balanza fue muy bueno. Conocí muchos lugares que no había visitado, pero por mi enfermedad no lo aproveché más, lo cual me deja el pretexto para algún día regresar y continuar mi recorrido por esa ciudad tan enigmática y maravillosa a la vez.