Trujillo...

Llegamos a las 10:30 a.m. al aeropuerto de Trujillo. Estaba uno de mis primos esperándonos para llevarnos a la casa de su mamá, que sería el lugar en el que nos quedaríamos mi mamá y yo. Tan pronto llegamos a la casa sólo me dieron unos minutos para ponerme ropa más informal y llevarme a un lugar que se llama "Huaca de la Luna y Huaca del Sol"...

Resulta que a 10-15 min. de Trujillo está un pueblo llamado Moche, de donde eran los "mochicas", una de las culturas pre-incas que existieron en el Perú. "Huaca" se le denomina a un lugar sagrado en el que se veneraba a alguna deidad. Pues resulta que hace pocos años, descubrieron en lo que parecían sólo unos cerros, unas ruinas de barro y además pintadas que fueron construidas por los mochicas. Como en esa zona no llueve, pues las ruinas de barro se han podido mantener. Lo impresionante son los dibujos que se representaban en ellas y la calidad de la pintura... Siguen haciendo excavaciones en el sitio y descifrando gran parte de la cultura mochica.

Después me llevaron a comer a un restaurante típico de Trujillo en el que pedí mi tradicional "Ceviche peruano", recordaba que cuando tenía 15 años y había estado en Perú lo único que comía era ceviche y alguno que otro antojo, pero no me atrevía a probar lo demás de la comida típica. En esta ocasión, como éramos 6 los que fuimos al restaurante tuve la oportunidad de probar diferentes platillos lo cual enriqueció mi cultura gastronómica. Sin embargo, sigo con la idea de que el ceviche no lo cambio por nada.

Habían pasado sólo 3 hrs. de haber comido cuando mis primos me invitaron a cenar unos anticuchos (son alambres de corazón de res) y picarones (son como unas donas que saben a buñuelos y llevan una miel muy parecida...Me Encantan!!!)

En la noche hubo una cena a la que asistimos como 50 personas, fue como la pre-reunión familiar, era el reencuentro de la familia ya que ahí me enteré que habían primos que estuvieron distanciados por muchos años y era la ocasión en la que se volvían a reunir.

El domingo era el evento principal. Iniciamos con una romería por el panteón visitando a los difuntos que están ahí, me enteré del nombre de mi bisabuelo. Posteriormente hubo una misa en el pueblo de "Moche" ya que los orígenes familiares se encuentran ahí y finalmente una gran comida a la que asistimos más de 90 personas. De México sólo fuimos mi mamá y yo, fueron unas primas que viven en San Francisco y algunos de sus hijos, los demás eran de Lima o del mismo Trujillo. Los organizadores del evento se encargaron de hacer unas playeras tipo polo, bordadas con las banderas de Perú, México y Estados Unidos y todas las personas desde grandes hasta pequeñitos vestíamos con la misma playera.
El lunes me llevó uno de mis primos a Huanchaco que es la playa que está a 15 min de Trujillo para que la conociera y probara los "cangrejos reventados", los cuales terminaron siendo una d-e-l-i-c-i-a. Nos había invitado una de mis primas a comer y todavía no terminaba de saborear el cangrego cuando ya estaba probando un caldo típico de allá llamado "shambar" (está hecho con trigo y jamón serrano).
Como era mi última noche en Trujillo, mi prima hermana que es de mi edad nos invitó a cenar anticuchos y picarones a su casa, ya que me pidió que escogiera lo que se me antojaba más.

Como verán fueron unos días de convivir con la familia y de comer demasiado. Creí que con tanta comida quizá engordaría un poco, pero cuando regresé a México me di cuenta que seguía con mi mismo peso...

Me gustó mucho conocer a mi familia, Trujillo no es una ciudad bonita pero regresaría con mis hijos para que algún día ellos también conozcan sus raíces familiares y a sus primos.

Estos 3 días fueron al cien por ciento familiares y gracias a la tecnología ahora podemos estar más comunicados y más cerca los unos de los otros. Me di cuenta de lo atentos que son mis primos y cómo se desvivieron por atenderme y hacerme sentir como en casa... Me pesó que fueran pocos días, pero me dejaron con la inquietud de regresar.

El martes en la mañana inició mi viaje al Cusco...